En buena parte por la insistencia de mis queridas eclipse y Estu, junto con una pizquita de vergüenza por dejar sin terminar este escrito que entre unas cosas y otras, fases alternas, altos y bajos, tiene ya la friolera de unas cien mil palabras


Para situar la escena, estamos en el 13 de septiembre del año 105. Dejamos al hermano pretoriano, Rapax, en la lejana Dacia, junto con el emperador Trajano, el hijo de Marco y su amo, el hijo de Lucrecia. Por otro lado, en la fría Bretaña no se sabe que ha sido del pretoriano Quinto, que una vez fracasada su misión de salvar a la hermana de Rapax siguió la pista del britano-romano Drachir-Furio Vipsanio para poder por lo menos llevarle de vuelta a su jefe la cabeza del asesino de su hermana. Marco e Imilce están en Roma, y ahí empieza la escena
